Mi hijo hace pataletas, ¿Qué puedo hacer?
¿Qué son?
Las pataletas son una reacción normal y esperable en los niños entre los 2 y los 4 años aproximadamente. Son comportamientos que reflejan una pérdida de control y una falta de herramientas para manejar sus emociones frente situaciones que les pueden provocar rabia/enojo/disgusto/ira. Las “pataletas” van acompañadas de gritos, llantos y en algunos casos vómitos, apneas y autoagresiones.
¿Por qué ocurren?
Las pataletas ocurren ya que los niños nacen sin saber cómo expresar lo que les pasa. Para ellos es difícil poner en palabras sus emociones. Por eso “actúan” y manifiestan su incomodidad a través de conductas disruptivas. Además en este periodo los niños se vuelven más autónomos e independientes, por lo que es esperable que se resistan a cumplir ciertas normas o que quieran satisfacer sus necesidades de manera inmediata. Por ejemplo: el niño quiere un yogurt y la madre le dice, después de almuerzo y el niño comienza con la pataleta porque lo quiere ahora ya.
¿Qué hacer durante la pataleta?
Durante la pataleta hay ciertos pasos que podemos seguir para ayudar a la autorregulación del niño:
Cuando comienza la pataleta, los niños entran en un estado de desregulación, que va aumentando su intensidad para luego finalizar paulatinamente. Al inicio debemos acompañar, estar físicamente presente, sin abrazar, sin hablar, pero estar a su lado; cuando vaya disminuyendo su intensidad se utiliza la contención física, en donde si podemos abrazar, y también dialogar acerca de lo que pasó.
La idea es que los adultos actúen como modelos y tengan un rol activo en enseñar al niño a expresar sus emociones de manera adaptativa, es decir, está bien enojarse, pero no está bien golpear o tirar cosas al suelo. Hay que validar la emoción, pero modificar la forma en que la expresa. Resulta bien poner ejemplos en donde mostremos cómo llevar a la práctica esto… “Yo como mamá también me puedo enojar, pero no está bien tirar los juguetes al suelo. Cuando no quieras jugar con algo, es mejor que me lo digas y vemos qué podemos hacer” Es importante también definir ciertos límites, está bien que te de rabia, pero no me puedes pegar a mi/ a ti o a tus amigos / hermanos.
Cosas que debemos evitar:
Hablar, amenazar, castigar, abandonar… es común que cuando comienza la pataleta, los padres digan frases como: “si sigues, te vas castigado a tu pieza”, “¿qué te pasa?”, “por favor no grites”, “¿quieres el juguete?”… y esto ocurre porque los padres también comienzan a desregularse…y para tratar de frenar o evitar que ocurra la pataleta se comienza con amenazas que pocas veces se cumplen y luego a pedir por favor que se regule para finalmente rendirse y darle en el gusto o dejarlos solos. Nada de esto funciona porque el niño, no sabe lo que le pasa, ya que la emoción que lo invade actúa de manera intensa y provoca cambios fisiológicos que son difíciles de controlar y por lo tanto es difícil razonar en ese momento, por lo que dejarlo solo es un error, si bien puede que se tranquilice por cansancio, no tuvo la versión de qué es lo que se debería hacer, no se le enseño a manejar ese estado de manera respetuosa.
PARA REFLEXIONAR…
Imagínese que está molesto por una situación comercial (devolución producto, cobros excesivos, etc.) y acude al servicio al cliente, organismo a cargo para acoger el reclamo. Qué pasaría si la persona a cargo, no lo escucha, mira su celular o computador y lo ignora, probablemente su descontento iría en aumento, pues no está acogiendo su “malestar”. Ahora si el personaje a cargo le dice “cálmese para que podamos hablar, sino, no lo voy atender”, probablemente su rabia iría aumentando, pues no se siente comprendido por quien se supone lo debería comprender. Ahora si la persona a cargo, se fuera del lugar y lo dejara solo mientras Ud. se queja por su problema, probablemente le costaría aún más calmarse y empezaría a llamar la atención de otra manera. Finalmente, Ud. se sintió poco comprendido, poco considerado, ignorado y abandonado, esto claramente favoreció en su desregulación. Ahora, si Ud. llega donde el mismo personaje quejándose por algo y la persona a cargo le responde: Señor, lo entiendo, me imagino cómo se siente, pero no me levante el tono de voz porque ya entendí y voy a ver qué puedo hacer. Si bien Ud. puede seguir molesto, su enojo no va a ir en escalada. Por otro lado es probable que con ese ejemplo de buen trato, Ud. termine pidiendo disculpas a la persona a cargo al final de la conversación, independiente se haya solucionado o no la situación, esto simplemente porque lo tomaron en cuenta y con respeto.
Pasa lo mismo con la pataleta de un niño, en donde la persona a cargo de acoger su malestar son los padres. Y acoger, acompañar, empatizar, contener y dialogar no significa darle en el gusto.
Por: Psicóloga Daniela Burich Lillo.
Comentarios recientes